domingo, 20 de septiembre de 2009

UNO ELIGE COMO VIVIR LA VIDA LABORAL Y PERSONAL


Esta vez vamos a empezar con “La Historia de Lucas”, que ejemplifica perfectamente la idea de lo que queremos decir en este acápite:

“Es una historia, cierta o no, bastante ilustrativa”.
“Lucas era el tipo de persona que te encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre tenia algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le iba, el respondía:”
"Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.
“Era un Gerente único porque tenía varias meseras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que las meseras seguían a Lucas era por su actitud. El era un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Lucas estaba ahí para decirle al empleado como ver el lado positivo de la situación”.
“Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Lucas y le pregunte:”
“No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo? ¿Cómo lo haces?. Lucas respondió:”
"Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo, Lucas, tienes dos opciones hoy: Puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo estar de buen humor”.
“Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello”.
"Cada vez que alguien viene a mi para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida”.
“- Si, claro, pero no es tan fácil, proteste”.
- “Si lo es”, dijo Lucas. “Todo en la vida es acerca de elecciones”.
“Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección”.
“Tu eliges como reaccionas ante cada situación, tu eliges como la gente afectará tu estado de ánimo, tu eliges estar de buen humor o mal humor”. “En resumen, TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA”.
“Reflexioné en lo que Lucas me dijo:”
“Poco tiempo después, dejé la industria restaurantera, para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Lucas, cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar contra ella”.
“Varios años más tarde, me enteré que Lucas hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante, dejo la puerta de atrás abierta y una mañana fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon. Con mucha suerte, Lucas fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una Clínica”.
“Después de ocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Lucas fue dado de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo. Me encontré con Lucas seis meses después del accidente y cuando le pregunte como estaba, me respondió:”
“- Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.
“Le pregunté que paso por su mente en el momento del asalto. Contestó:”
“- Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir”.
“- No sentiste miedo?, le pregunte. Lucas continuó:”
“- Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de los médicos y enfermeras, realmente me asuste. Podía leer en sus ojos: Es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión”.
“- Que hiciste?, pregunte”.
“- Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo grité: Si, a las balas - Mientras reían, les dije: estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto”.
“Lucas vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendió que cada día tenemos la elección de vivir plenamente, la ACTITUD, al final, lo es todo”.

domingo, 6 de septiembre de 2009

NO INTERCAMBIAR PROBLEMAS DEL HOGAR CON EL TRABAJO


Asimismo, nunca lleves tu problemas laborales a tu hogar, ni los problemas de tu hogar a tu trabajo, pues ninguno de los ámbitos tiene responsabilidad de lo que ha ocurrido en el otro, hay que actuar como en la historia de: “El árbol de los problemas”, el cual dice así:

“El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó, lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar”.
“Mientras lo llevaba a su casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos me invitó a conocer su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando la punta de las ramas con ambas manos”.
“Cuando se abrió una puerta, ocurrió sorprendentemente una transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el carro”.
“Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes. " Oh, ese es mi árbol de problemas ", contestó. " Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego mañana los recojo otra vez”.
“ Lo divertido es ", dijo sonriendo, " que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.

domingo, 23 de agosto de 2009

BRINDAR EL SERVICIO PÚBLICO CON AGRADO


También existe una historia muy bella denominada: “Amar la vida”, que nos indica que hay que vivir el día como si fuera el último de nuestra existencia:

“Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph”.
“Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro”.
“¿Dónde aprendió a comportarse así?", le preguntó el profesor. “En la guerra”, contestó Ralph”.
“Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura”.
“Me acostumbré a vivir paso a paso” -explicó. “Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un pie y volver a apoyarlo en el suelo”.
“Me parecía que cada paso era toda una vida”.
“Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana. Qué triste sería el mundo si lo supiéramos. Toda la emoción de vivir se perdería, nuestra vida sería como una película que ya vimos”.
“Ninguna sorpresa, ninguna emoción. Pienso que lo que se requiere es ver la vida como lo que es: una gran aventura”.
“Al final, no importará quién ha acumulado más riqueza ni quién ha llegado más lejos. Lo único que importará es quién lo disfrutó más”.
“Ama más quien más ha servido, porque aprecia su vida y la de los demás”.

sábado, 15 de agosto de 2009

EL CAMBIO SI SE PUEDE, ESTÁ EN NUESTRA MENTE


Nuestros primeros años, al traernos ideas negativas de impotencia, nos predispone cuando ya somos adolescentes o adultos, y creemos que no podremos triunfar en la vida como quisiéramos. Somos como: “El Elefante Encadenado” de la parábola, la cual cuenta:

“Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de ellos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe era también el animal preferido de otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un tamaño, un peso y una fuerza descomunales. Pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas”.
“Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y aunque la madera era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir”.
“El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces?.¿Por qué no huye?. Cuando era niño, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado”.
“Hice entonces la pregunta obvia:"Si está amaestrado,¿por qué lo encadenan?". No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, me olvidé del misterio del elefante y la estaca. Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño”.
“Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día y al otro. Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino”.
“Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa, porque, pobre, cree que no puede”.
“Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza”.
“Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad”.
“Vivimos pensando que "no podemos" hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo lo intentamos y no lo conseguimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré”.
”Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca”.
“Cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos: "No puedo y nunca podré”.
“Esto es lo que te pasa, vives condicionado por el recuerdo de una persona que ya no existe en tí, que no pudo”.
“Tu única manera de saber si puedes es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo tu corazón...¡¡¡Todo tu corazón!!!”.

martes, 28 de julio de 2009

CONSERVACION DE LA INTEGRIDAD Y VALORES ÉTICOS


Por otro lado, téngase en cuenta, que no estamos diciendo que nos despreocupemos de los problemas, que nos abandonemos. Lo que estamos comprometidos en el tema del Control Interno no nos angustiamos con los problemas, pues ellos están para ser solucionados, mas tiene que ser con otro tipo de actitud y programación, con una positiva y optimista, de usar los instrumentos con que contamos para poder superarlos. En la obra de Robert Greene: “Las 33 Estrategias de la Guerra”, en la historia que cuenta relativo a que “En la confusión de los hechos, no pierdas tu presencia de ánimo”, nos relata sobre conservar nuestra fuerza de ánimo:

“Al calor de la batalla (de los dificultades de la vida), la mente tiende a perder su equilibrio. Demasiadas cosas te confrontan al mismo tiempo: reveses inesperados, dudas y críticas de tus propios aliados (del círculo que te rodea). Corres el riesgo de reaccionar emocionalmente, con temor, depresión o frustración. Es vital que conserves tu presencia de ánimo, manteniendo tus facultades mentales en todas circunstancias. Debes resistir activamente el impulso emocional del momento; permanecer decidido, seguro y agresivo sin importar lo que te afecte. Fortalece tu mente exponiéndola a la adversidad. Aprende a distanciarte del caos del campo de batalla. Deja que los demás pierdan la cabeza, tu presencia de ánimo te librará de su influencia y te mantendrá en marcha”.
(…)
“Elimina sensaciones de pánico concentrándote en tareas simples. Lord Yamanouchi, aristócrata japonés del siglo XVIII, le pidió una vez a su maestro de té que lo acompañara a una visita a Edo (hoy Tokio), donde permanecería una temporada. Quería alardear a los demás cortesanos de la habilidad de su servidor en los rituales de la ceremonia del té. Ahora bien, el maestro del té sabía todo lo que había que saber acerca de la ceremonia del té, pero poco más; era un hombre apacible. Se vestía, sin embargo, como samurai, como lo demandaba su alta posición”.
“Un día, mientras el maestro del té paseaba por la gran ciudad, fue abordado por un samurai que lo retó a duelo. El maestro del té no era espadachín e intentó explicárselo al samurai, pero éste se negó a escuchar. Rechazar el desafío deshonraría tanto a la familia del maestro del te como a Lord Yamanouchi. Tenía que aceptar, aunque eso significara una muerte segura. Y aceptó, solicitando únicamente que el duelo se aplazara para el día siguiente. Su deseo fue concedido”.
“Aterrado, el maestro del té se precipitó a la más cercana escuela de esgrima. Si iba a morir, quería aprender hacerlo honorablemente. Ver al maestro de esgrima implicaba de ordinario cartas de presentación, pero el maestro del té fue tan insistente, y era tan notorio que estaba asustado, que se le otorgó al menos una entrevista. El maestro de esgrima escuchó su caso”.
“El espadachín fue compasivo: le enseñaría al pobre visitante el arte de morir, pero antes quiso que le sirviera un poco de té. El maestro de té procedió a ejecutar el ritual, sereno el porte, perfecta la concentración. Finalmente, el maestro de esgrima exclamó entusiasmado: “¡No es necesario que usted aprenda el arte de la muerte!. El estado de ánimo en que se encuentra ahora es suficiente para que enfrente a cualquier samurai. Cuando vea a su retador, imagine que está a punto de servir té a su huésped. Quítese el abrigo, dóblelo con cuidado y deje su abanico sobre él justo como lo hace cuando trabaja”. Completado este ritual, el maestro de té debía elevar su espada con igual espíritu alerta. Entonces estaría listo para morir”.
“El maestro de té estuvo de acuerdo en hacer lo que su maestro le había dicho. Al día siguiente fue a encontrarse con el samurai, quien no pudo sino advertir la expresión extremadamente tranquila y digna en el rostro de su adversario mientras este se quitaba el abrigo. “Tal vez”, pensó el samurai, “este torpe maestro es en realidad un hábil espadachín”. Hizo una reverencia, pidió perdón por su conducta del día anterior y se marchó a toda prisa”.
“Cuando las circunstancias nos atemorizan, nuestra imaginación tiende a imponerse, llenando nuestra mente de interminables angustias. Debes obtener el control de tu imaginación, algo más fácil de decir que de hacer. Con frecuencia el mejor medio para serenarte y conseguir ese control es forzar a tu mente a concentrarte en algo relativamente simple: un ritual apaciguador, una tarea repetitiva en la que eres bueno. Crea así el tipo de serenidad que naturalmente posees cuando tu mente se sumerja en un problema. Una mente concentrada no deja margen a la angustia ni a los efectos de una imaginación desbordada. Una vez recuperado tu equilibrio mental, podrás encarar el problema en cuestión. Al primer indicio de cualquier tipo de temor, practica esta técnica hasta que se vuelva hábito. Poder controlar tu imaginación en momentos intensos es una habilidad crucial”.
“No te intimides. La intimidación amenazará siempre tu presencia de ánimo. Y es una sensación difícil de combatir”.

domingo, 5 de julio de 2009

EN EL CONTROL INTERNO LOS PROBLEMAS TIENEN QUE SER ELIMINADOS



En el proceso del Control Interno, hay que tener en cuenta, que cuando veamos que las prácticas administrativas, perturban el desarrollo moderno y normal, lo que tenemos que hacer es eliminar la anterior y crear la nueva práctica, adecuada a las técnicas contemporáneas. Veamos el proceso mental de como resolvió “El Problema” un monje budista en la siguiente historia:

“Cuentan que cierto día en un monasterio Zen-Budista, los monjes se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto.”
“El Gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quien seria el nuevo centinela.”
“El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, dijo:”
“- Asumirá el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a presentar.”
“Entonces, coloco una preciosa mesita de finas maderas en el centro de la enorme sala en que estaban reunidos, y encima de esta colocó un jarrón de porcelana con un diseño de exquisito gusto y refinamiento, con varias rosas amarillas de extraordinaria belleza en el. Y dijo así:”
“- ¡Aquí está el problema! –señalando directamente al precioso jarrón.”
“Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de extremo valor y belleza, con maravillosas flores en su interior.”
“¿Que representaría? ¿Que hacer? ¿Cuál era el enigma encerrado detrás de todo esto? ¿Donde estaba el problema?”
“En ese instante, uno de los discípulos saco una espada, miro al Gran Maestro y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y... ¡zas! Blandiendo la espada, destruyo todo de un solo golpe.”
“La escena fue impresionante.”
“Tan pronto el discípulo retorno a su lugar, el Gran Maestro dijo con voz contundente:”
- Usted será el nuevo Guardián del monasterio.”
“Moraleja de la historia:”
“No importa cual sea el problema. Ni que sea algo lindísimo. Si ves un problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema, y como tal, es un imperativo categórico eliminarlo”.
“No importa que se trate de una mujer sensacional y atractiva, o de un hombre maravilloso y seductor, o de un gran amor que se acabo.”
“Por mas lindo que sea o haya sido, si ya no existe mas sentido para el en tu vida, tiene que ser suprimido.”
“Muchas personas cargan en su vida entera el peso de cosas que fueron importantes en el pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes.
Espacio que es indispensable para recrear la vida.”
“Existe un proverbio chino que dice:”
“Para tu poder beber vino en una copa que se encuentra llena de ti, es necesario primero tirar el ti, y entonces poder servir y beber el vino”.
“Limpia tu vida. Comienza con las gavetas y armarios, hasta llegar a las personas del pasado que no hacen más sentido en tu vida y que están ocupando un espacio en tu corazón.”
“Un espacio indispensable para ser ocupado por tu alegría de vivir.”

domingo, 28 de junio de 2009

EL CONTROL INTERNO APROVECHA VIRTUDES DEL PERSONAL


Hay una amalgama entre el cuerpo y la mente, donde ambos tienen que funcionar bien, para que haya un futuro de calidad y excelencia, y de nosotros depende mantener en buen estado ambos, pues los dos son dependientes uno del otro, la existencia de cada uno depende del otro, ambos se complementan por hacer equipo, donde cada uno debe dar lo mejor de si, para hacernos felices a nosotros mismos, pues cuando se gana, gana el equipo en su conjunto. Esto me hace recordar la parábola de: “La Asamblea en la carpintería”, que dice así:

“Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando”.
“El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo”.
“Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás”.
“Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto”.
“En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble”.
“Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos”.
“La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto”.
“Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos”.
“Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobarán. Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos”.
“Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos”.